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Enviado por Ramón Vidal el
Imagen de la película "Materialistas"
Ramón Vidal
Materialistas

Distinguida reformulación de la comedia romántica

Por José Luis Vázquez

Confieso ser un apasionado de las comedias románticas, mayoritariamente “made in USA”, fundamentalmente clásicas, aunque también son muchas las relativamente recientes que me han ganado para su causa.

Por ejemplo, “Sucedió una noche”. Por ejemplo, “El bazar de las sorpresas”. Por ejemplo, “Historias de Filadelfia”. Por ejemplo, “El pecado de Cluny Brown”. Por ejemplo, “Vacaciones en Roma”. Por ejemplo, “Sabrina”. Por ejemplo, “Desayuno con diamantes”. Por ejemplo, “Descalzos por el parque”. Por ejemplo, “Algo para recordar”. Por ejemplo, “Pretty Woman”. Por ejemplo, “Un buen año”. Por ejemplo, “Serendipity”. Por ejemplo, “¿Bailamos?”. Por ejemplo, “Notting Hill”. Por ejemplo, “Una cuestión de tiempo”. Y así hasta el infinito y más allá.

Dicho lo cual, romántica “Materialistas” sin duda lo es, a su manera si quieren, pero sin posible contestación por mi parte. Lo de comedia sería más cuestionable, aunque si tengo en cuenta la magistral “Indiscreta” (1958) de Stanley Donen (con los divinos Cary Grant e Ingrid Bergman) bien puedo así aceptarla en su vertiente más refinada y sofisticada, más sutil si prefieren, sin necesidad de acudir a carcajadas, sino a las buenas y suaves maneras. En cualquier caso, con más o menos replanteamientos no tengo ningún inconveniente en adscribirla dentro de estos parámetros.

Sin duda, supone una distinguida aproximación al género, y utilizo a propósito este calificativo que en los tiempos de la Edad de Oro era de uso común, precisamente por ello, porque ya hace tiempo que ha dejado de serlo y me choca su atractivo y antañón “look”. Y lo es no solo por un envoltorio formal incuestionable, sino por un tratamiento que, sin descuidar buena parte de sus reglas, las reorienta y ubica en este tiempo actual más dado aparentemente al pragmatismo, mostrándose para ello clásica y moderna a la vez. Y, tal como solía ser norma, muestra escenarios reconfortantemente mundanos, gente guapa, con estilo, desenvuelta, que viste muy bien (indistintamente del rol) y unas situaciones con la suficiente chispita para prestarles atención.

Es más, en mi caso, todavía me gusta más que el aclamado anterior trabajo, “Vidas pasadas”, de su inteligente directora, Celine Song, que a mí no me llegó a provocar el arrebato que a tantos colegas y espectadores.

Song tira de destreza y acierto para ejecutar una caligrafía sin tachones y dirigir con tino a tres intérpretes en sazón que están de lo más resultones y atractivos: la cada vez más consolidada Dakota Johnson (recuperen de su filmografía la encantadora “Mejor… solteras”), un ubicuo Pedro Pascal y un Chris Evans que, dejado ya atrás su más que estimulante franquiciado del Capitán América, lleva tiempo desarrollando una trayectoria versátil y compacta.

Estamos ante una muestra típica de este tipo de historias, sí, pero con un toque lo suficientemente ocurrente y preciso como para conseguir que parezca que estamos ante algo renovado, aunque todo venga a ser lo de siempre. Al fin y al cabo, el corazón, desde el origen de los tiempos cavernícolas (su prólogo paleolítico resulta de lo más sustancioso) e, indistintamente de usos y costumbres de cada época, se mueve por los mismos ritmos de sístole y diástole a la hora de reparar en quienes nos hacen tilín y en las incertidumbres que nos genera. Y, es más, incluso teniendo en cuenta esa supuesta mirada nueva no deja al final de llegar a las mismas conclusiones de antaño. No deja de ser una reluciente puesta al día del eterno discurso entre utilitarismo y verdadero amor.

Lo que bien pudiera acabar resultando de nuevo tendencia a raíz de la algo más discretita pero exitosa “Cualquiera menos tú”, protagonizada por ese nuevo icono sexual que es Sidney Sweeney y ahora con el más que respetable éxito de esta “Materialistas” (y teniendo en cuenta el “sleeper” anteriormente citado “Vidas pasadas”) parece que el que considero mi segundo o primer género favorito está experimentando un repunte que ojalá se acabe consolidando con otros títulos que mejoren estos actuales exponentes. Mis mejores deseos para ello, pues incluso esa denostada comedia romántica norteamericana de los 80, 90 y siglo XXI, en un considerable porcentaje siempre me ha reportado un relax y un agrado dignas de toda defensa. Esas décadas produjeron abundantes “delicatessen” asequibles a cualquiera. La aquí reseñada no es que sea ningún logro especial, pero me he gustado bastante.

PD: Por si necesitara aclaración… la comedia romántica nunca se ha ido, no tienen nada más que ver los catálogos de Netflix saturados de innumerables propuestas. Mi reflexión generalizada alude a la de la gran pantalla y a la de una cierta calidad… o lo que considero como tal.

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Imagen de la película "Materialistas"
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