Agradable, aromática, pulcra, "mal hablada"
Por José Luis Vázquez
Antes, mucho antes de que las redes sociales se infestaran de insultos e insultadores de todo tipo y condición, el personal ajustaba cuentas vía correo postal. Así lo recoge un incidente sucedido en un pequeño pueblo de Sussex -Littlehampton se llama el lugar- en el primer cuarto del pasado siglo (fue el The Daily Mirror el que se hizo eco del asunto). Y así lo recoge “Pequeñas cartas indiscretas”, de la que desconozco si con esta premisa estaba en la intención de sus creadores recuperar el espíritu de las añoradas comedias de los míticos estudios Ealing, aunque parece mostrar cierta querencia por el mismo e, incluso, dejarse llevar por sus efluvios.
Ya saben, costumbrismo inequívocamente “british”; argumentos ingeniosos; tramas intrigantes de distinto pelaje; exquisitos actores y enorme brillantez en diálogos, réplicas y puestas en escena.
Pues bien, este ya certificado como uno de los mayores éxitos del género en el cine británico de los últimos tiempos, participa de estas y algunas otras características en cierto do menor, lo cual no es poca cosa -conformémonos con media luna, dado el panorama- para este tiempo tan plano y poco propicio la inteligencia y brillantez dentro de estos registros, ya ni les cuento que pueda llegar a generar carcajadas, o siquiera sonrisas como es el caso.
Para llevar esto a puerto más o menos seguro han acertado con la elección de su directora y de las dos damas beligerantes protagonistas, que utilizan las palabrotas y los insultos más soeces con indudable contumacia y desparpajo. Y para una de las cuales la vida consiste en ejercerla con toda la libertad que sea posible y sin excesivas ataduras, pese a la maternidad responsable que ejerce y a poder parecer inicialmente lo contrario.
La primera es la inglesa Thea Sharrock, que con tan sólo un par de series (“La corona vacía”) y cuatro largometrajes se ha labrado una merecida reputación. Sus dos mejores trabajos hasta la fecha los ha rodado en Estados Unidos, tanto su opera prima, el precioso drama romántico “Antes de ti” y la aleccionadora historia entre un gorila y una elefanta “El magnífico Iván”.
Con buen instinto, eficacia y habilidad deja hacer a sus anchas a su eximia pareja protagonista, la oscarizada y compatriota Olivia Colman (“La favorita”) y la irlandesa Jessie Buckley (“La hija oscura”, “Estoy pensando en dejarlo”, “Wild Rose”, “El espía inglés”).
Siempre se impone escuchar las películas en su versión original (subtitulada), pero en este caso casi debería resultar impositivo pese a la todavía extensa y brillante nómina de dobladores con la que contamos en la piel de toro.
Menudas dos actrices, menudos portentos, supone un verdadero placer asistir a su duelo interpretativo, dialéctico. Sólo por ellas y el acierto de Sharrock de ponerse atinadamente a su servicio, ya merecería el plácet holgado para esta producción que vuelve a tirar de características propias y manidas del cine proveniente de las Islas, que casi siempre conlleva un seguro de solvencia y buen hacer guste más o menos.
Transita además unos registros en los que suele ser puntero: un poquito de Agatha Christie por aquí, en este caso sin asesinatos por medio, otro poquito de saludable costumbrismo, sin descuidar en ningún momento la crítica social, aquí no de demasiado fuste, pero atenta a los tiempos empoderados que corren. A esto último contribuye el personaje de una -también, en realidad todo el elenco está irreprochable- estupenda Anjana Vasan como la primera agente de policía -y negra- del condado.
Resulta de grata contemplación, no aburre, es elegante, es sardónica y mordaz sin llegar a mayores, en tono quedo, pero con suficiente acústica para no pasar desapercibida.
Se deja ver con sumo gusto